martes, 11 de junio de 2013

Hoy de nuevo te encuentro.

Te encontré entre el murmullo de las cosas banales
Una tarde de otoño mientras yo caminaba
Con esta soledad que me viste y me calza.
Tu volvías del colegio y con una sonrisa,
Te incrustaste  en mi pecho violando mis sentidos.

Adolescente tu; y yo un adolecido,
Contemplabas hermosa, un mundo más sensato.
Tu vida presumía de un cielo todo tuyo.
Majestuosa, me diste la luz de una sonrisa,
Y el brillo de tus ojos complicó mis sentidos.

Hoy te recuerdo igual, como en aquella tarde,
A penas una flor frágil,  un azahar.
Y tus ojos,  las noches que jamás amanecen,
Tu pelo era la brisa y las olas del mar.

Mi porvenir te espera, en mi ocaso te miro,
Con ojos de café y con pelo de espumas,
Hoy te acercas tranquila, llegada del otoño,
Graduada de la vida, cargada de esperanzas,
Soñando ser amada, aferrada a tus sueños,
Recogiendo promesas guardadas en mis manos,
Que escapan del invierno.

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