martes, 21 de junio de 2016

SEÑORA


Señora, perdone a este truhán que sin querer
Le ha roto el corazón en mil pedazos
Pero usted se ha aferrado a algunos plazos
Más largos que los de cualquier mujer

Mientras tanto ha crecido la flor
Mas bella del jardín, la flor prohibida
Por tantas y otras cosas  de la vida
Se abrió para entregarme su fulgor.

No maldiga a este ladrón de sueños
Que no pensó jamás en esta conquista
Dios siempre da más de lo que te quita
Porque de todo, El es el único dueño.


Espero que pueda perdonarme, señora; o pude resistirme a su hija.

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